Al finalizar cada año buscamos identificar cómo está siendo utilizada la tecnología y la información en el activismo a favor de los derechos humanos en Latinoamérica. Este recuento lo publicamos en “Lo mejor del Infoactivismo”.  (Próximamente publicaremos la edición 2024).

Así también, buscamos ampliar la mirada de manera crítica para identificar acciones y tendencias digitales que van en contra de los derechos humanos, de ahí surge este análisis: “El  Lado Oscuro del Infoactivismo”, donde buscamos identificar iniciativas e hitos impulsados por actores antiderechos latinoamericanos, como campañas, tácticas o métodos apoyados en tecnologías para impulsar agendas restrictivas o regresivas en temas de derechos humanos. 

En el 2024 identificamos iniciativas antiderechos relacionadas a hitos y coyunturas de carácter regional e internacional -como las recientes elecciones en EEUU, los diversos foros y cónclaves de actores antiderechos en la región y hasta los juegos olímpicos- así como otros fenómenos menos puntuales en el tiempo, como la creciente popularidad de ciertos influencers de habla hispana que promueven ideologías regresivas en redes sociales y los actores antiderechos respaldados por el poder del Estado, como en Argentina, Paraguay y Venezuela.

Antiderechos desde el poder del Estado: Argentina y Venezuela

Una tendencia que prevalece en 2024 es la manipulación informativa y las cámaras de eco en redes sociales, así como el acoso selectivo a personas y grupos que representan aquello que los antiderechos rechazan. 

A pesar de estar en extremos ideológicos opuestos, los gobiernos de Argentina y de Venezuela parecen comprometidos con reducir los derechos de su ciudadanía utilizando la tecnología. En este resumen de 2024 destacamos dos ejemplos: las milicias digitales para desinformar a la ciudadanía y atacar a la oposición de Milei en Argentina; y de manera similar, el abuso de la aplicación de gobierno VenApp en Venezuela para difundir desinformación en el contexto electoral y perseguir a quienes protestaron por la falta de transparencia en las elecciones. 

Redes sociales, cámaras de eco, inteligencia artificial y trollcenters de Javier Milei

Sin duda uno de los polos antiderechos más notables de 2024 viene de Argentina, con el nuevo gobierno, inaugurado a finales de 2023. El nuevo presidente, Javier Milei, inició como un comentarista de temas económicos en sets de televisión, donde su excéntrica personalidad y frecuentes arrebatos de ira en cámara fueron construyendo al personaje que pocos años después, con la ayuda de redes de influencers y el uso de redes sociales, encontraría en los espacios digitales su principal plataforma de influencia, con lo que eventualmente conquistaría la presidencia argentina.

Al igual que en su campaña, su llegada a la presidencia ha estado marcada por una comunicación centrada en el uso de redes sociales, especialmente X (antes Twitter). 

Sin embargo, lejos de ser un fenómeno puramente orgánico, hay que tener en cuenta que sus cercanías con empresarios de medios de comunicación ha sido un elemento central para el proceso de encumbramiento de Milei, el personaje. 

Uno de esos personajes es Fernando Cerimedo, el dueño de un emporio de medios que se retroalimentan entre sí para impulsar narrativas en los espacios digitales sin que importe el rigor periodístico y el apego a la verdad. Paralelamente, el dueño de este consorcio mediático también es dueño de una empresa que vende servicios de consultoría y marketing político: Numen, empresa que también ha ejecutado estrategias a favor de José Antonio Kast en Chile y de Bolsonaro en Brasil, desde la que también operan una red de cuentas inauténticas (sockpuppet) y de trolls que se encargan de atacar a los enemigos de turno del presidente.

Aunque la manipulación de la opinión pública no es un fenómeno nuevo, lo cierto es que en el caso de Milei, las herramientas tecnológicas a su disposición son lo suficientemente sofisticadas para generar un ecosistema de cuentas y análisis de datos tan eficientes como para alimentar una red capaz de movilizar el antagonismo hacia sus críticos y administrar la visibilidad de sus personajes:

Alrededor de enero de este año. Usamos las cuentas que tenemos creadas para monitorear diariamente de qué se está hablando en general, recopilar datos, ver por dónde pasa la conversación en relación a Javier, y qué interesa o no. Para eso, usamos inteligencia artificial también. Y a partir de eso, evaluamos si salimos hablar o no, vemos el impacto de un posteo o noticia, y cuántos la leyeron o interactuaron. O decidimos si disparar o no un tema.

Fernando Cerimedo, consultor político digital que asesora a Javier Milei

Entre las cuentas e influencers hay personas reales, pero también hay numerosas cuentas creadas con inteligencia artificial cuya función es hacer interactuar y formar parte de una red artificial de apoyo (astroturfing) y análisis de datos, capaz generar una cámara de eco de las narrativas impulsadas por las fuentes favorables a Milei.

Este entusiasmo por la tecnología y sus aplicaciones llevó al presidente argentino en una gira por Silicon Valley, donde además de departir con los grandes ejecutivos buscó posicionar a Argentina como un laboratorio de experimentos para nuevas implementaciones de las grandes empresas tecnológicas, motivo por el cual se ha acercado a figuras como Mark Zuckerberb y Elon Musk. Su objetivo parece apuntar tanto hacia la implementación de criptomonedas como hacia una variedad de aplicativos de Inteligencia Artificial, abriendo dudas más que razonables sobre las protecciones y garantías en materia de derechos humanos para la ciudadanía argentina.

VenApp: herramienta de desinformación y persecución política

VenApp es una aplicación de gobierno electrónico, que inicialmente fue presentada como una “red social” venezolana y promovida por cuentas pertenecientes a una red de trolls de temas políticos. En sus inicios, la app servía para levantar y canalizar reportes de problemas con los servicios públicos. Pero en agosto de 2024, en el contexto del malestar después de las cuestionables elecciones presidenciales, habilitó una opción para levantar reportes de manifestaciones sociales, a las que tilda de “Guarimbas Fascistas”. 

Como puede leerse en el reporte de ProBox Digital Terror o Terror Digital traducido al español, la tecnología estuvo en el centro de los esfuerzos por reprimir y controlar las comunicaciones de la ciudadanía mediante métodos ya ampliamente conocidos y repetidos por el gobierno de Maduro, que van desde la aplicación de servicios públicos convertida en espacio para delatar opositores, el uso de drones, apagones de internet, bloqueo o cierre de medios digitales hasta ataques coordinados de trolls contra personas usuarias que expresan su malestar por los resultados de una elección sumamente turbia. 

El Salvador: promoviendo el autoritarismo a través de canales de Youtube

En febrero de este año, el presidente de El Salvador echó a andar una estrategia de posicionamiento mediático para justificar su estrategia de “mano dura contra el crimen” que en realidad ha resultado en numerosas violaciones al debido proceso y a los derechos humanos.

Llama la atención que el canal elegido para impulsar la narrativa punitivista del bukelismo sean precisamente canales de youtubers de habla hispana como Luisito Comunica y Lethal Crysis que están dirigidos a audiencias relativamente jóvenes y mayormente masculinas, así como medios de comunicación de habla hispana con fuerte presencia en esta red social como El País, CNN en Español, BBC News, La Nación, Clarín, Telemundo entre otros. 

Como muchos analistas señalaron, esta oleada de cobertura mediática estuvo enfocada en proyectar como un éxito la política de encarcelamiento masivo como forma de combatir el crimen violento.

Y según parece, ahora en diciembre podría iniciar una nueva oleada de este tipo de contenido, ahora más intencionado al público español con tendencias derechistas, como lo demuestra el video del político y youtuber Alvise Pérez.

Otras tendencias digitales antiderechos en 2024

Roro Bueno y el movimiento tradwife en el spotlight

Otro fenómeno digital en 2024 fue el de las influencers tradwife. Esta tendencia, como su nombre sugiere, se basa en proyectar la imagen de una esposa tradicional, es decir, aquella que trabaja únicamente en su casa, haciendo labores que antaño la tradición asignaba únicamente a las mujeres: cocinar, elaborar ropa, cuidar a sus hijos y mantener una imagen arreglada y pulcra para complacer a sus parejas.

Esta tendencia supo explotar una estética muy propia de redes sociales: mujeres atractivas en entornos súper cuidados compartiendo tutoriales de recetas y manualidades desde el confort de sus bellos hogares. Sin embargo, el potencial riesgo de este contenido que se comparte principalmente con fines de entretenimiento (y de ahí su gran popularidad) es que pueda estar manipulando una versión súper idealizada de la feminidad hogareña tradicional, sin problematizar o mencionar las implicaciones de ser una tradwife, como de la pérdida de la independencia financiera de las mujeres dedicadas únicamente a las labores del hogar y la regresión a los roles familiares jerárquicos que sitúan la autoridad y derechos de los esposos por encima de sus esposas, que es uno de los elementos centrales del sistema heteropatriarcal que da vida al machismo tradicional. Esto ha sido mucho más notorio en las influencers estadounidenses que iniciaron con la tendencia tradwife: mujeres mormonas casadas con hombres millonarios que crean contenido principalmente para audiencias angloparlantes, pero claramente sometidas a los designios de sus esposos.

La tendencia tuvo una “traducción” muy particular en el contexto de habla hispana: el caso de la influencer española Roro Bueno, cuyo contenido está centrado en proyectar una imagen de mujer joven, atractiva, complaciente y de voz dulce que cocina para su novio Pablo

Cabe sospechar que probablemente el inicio de la polémica en torno a Roro fue un tanto artificial, un fenómeno de fake outrage en el que ciertos personas usuarias de redes sociales denunciaban que supuestamente había “feministas molestas con Roro” por hacerla de esposa tradicional. Como quiera, a diferencia de sus contrapartes anglosajonas, al ser señalada de promover la ideología tradwife, la influencer salió a declararse feminista y a asegurar que es simplemente un personaje y que lo suyo es simplemente hacer contenido sobre las cosas que le gustan, como cocinar. Sin embargo, recientemente también estuvo involucrada en otra polémica mucho más seria, al ser señalada por vincularse con una organización con tendencias nazis ligada a Vox, Revuelta, a partir  de las labores de voluntariado para distribuir comida a las personas afectadas por la DANA en Valencia, España. Ella posteriormente se desmarcó del señalamiento, respondiendo que no le importaba haberle solicitado transporte a esa organización, pues su prioridad era trasladarse y que no quería que se vinculase su ayuda con cualquier ideología política. Sin embargo, cabe rematar que, incluso si la influencer no era consciente de la politización que grupos nazis hacían de las ayudas a los afectados de la DANA, asociarse con ellos fue por lo menos torpe, cuando no deliberado.

Los antiderechos, campeones en «Bulo Sincronizado» en los juegos olímpicos

En la guerra de narrativas que plantean los actores antiderechos, una de las tácticas más efectivas es colgarse de los temas de actualidad para deslizar campañas de desinformación que azucen a los miedos y odios de la gente a la que se dirigen. 

Un gran ejemplo de ello fue la oleada de transfobia en redes sociales contra la boxeadora argelina Imane Khelif durante los Juegos Olímpicos de París 2024. Para cuando le tocó pelear con la boxeadora Angela Carini la derecha italiana llevaba días atacándola, denunciando que en su próxima pelea de la argelina contra su compatriota  sería injusta puesto que Imane Khelif sería en realidad un hombre.

“No ha tenido nada de espontáneo. La polémica en torno al combate de las boxeadoras Imane Khelif y Angela Carini, forzada e inflamada, es un episodio más de cómo la internacional del odio se sirve de todo su arsenal para contaminar cualquier debate. Pero este no es un éxito cualquiera: han logrado envenenar un acontecimiento planetario. Las últimas 24 horas las redes han ardido y, como siempre que arden, alguien había sembrado de cerillas el bosque.

Javier Salas, periodista en El País, es jefe de sección de ciencia, tecnología, salud y bienestar.

La desinformación sobre el género de Imane Khelif  empezó a esparcirse entre perfiles de prominentes conservadores de habla inglesa, pero fue rápidamente retomado por rivales del boxeo, medios digitales y actores antiderechos de habla hispana, incluyendo a Javier Milei, que se sumó a difundir información falsa desde su cuenta de Twitter/X.

La italiana Angela Carini, decidió retirarse de su pelea olímpica con Khelif a los 46 segundos de empezada y posteriormente declaró que “nunca le habían pegado con tal intensidad”, por lo que dió más oxígeno a la desinformación. Al día siguiente de esa declaración, ofreció disculpas a la argelina y dijo que sus dichos se debían a que estaba molesta porque había visto esfumarse su sueño olímpico. Si bien, el Comité Olímpico Internacional salió a dar explicaciones, negando tajantemente que Imane Khelif fuera un hombre o que fuera una persona trans y defendió su derecho a participar en la justa deportiva, nada de eso bastó para detener la oleada de ataques en redes sociales contra la boxeadora.

Luego de ganar el oro olímpico, la boxeadora demandó en Francia a la plataforma X por promover ataques transfóbicos y el acoso contra su persona.