Voz pública: textiles electrónicos y activismo feminista

Este post es parte de la serie Activismos Textiles una recopilación de casos sobre la intersección de arte textil, tecnología y activismo por el cambio social en Latinoamérica. Conoce más de la serie aquí.

Ciudad de México, 2020.
www.vozpublica.cc
https://www.dorabartilotti.com/voz-publica/
Fotos: Facebook VozPublicaMX
Entrevista a Dora Bartilotti, integrante de http://medialabmx.org/
Por: Daniela Whaley

¿Que és y qué ha hecho Voz Pública?

Voz Pública es una pieza de arte participativo y social creada por Dora Bartilotti que busca visibilizar el problema de violencia de género en los distintos contextos urbanos de Latinoamérica. La intención del proyecto es ser un mecanismo portavoz de aquellas voces que han permanecido silenciadas a consecuencia de una sociedad que aún discrimina a las mujeres y que invisibiliza las violencias que las atraviesan: es una denuncia y una demanda colectiva por recuperar nuestro derecho a la ciudad.

Voz pública está conformado por tres partes conjuntas que trabajan paralelamente en un ecosistema de medios tanto virtuales como físicos: una plataforma en línea (www.vozpublica.cc), un textil electrónico y una serie de laboratorios urbanos llamados La Rebelión Textil.

¿Por qué surge Voz Pública?

En enero de 2018, a partir del reconocimiento de lo que implica ser mujer latinoamericana que usa el espacio público y que continuamente se ve trastocada por violencias de género cotidianas, Dora Bartilotti comienza una investigación en las bases de datos y estadísticas de violencia de género o generadas por el gobierno e iniciativas civiles, entre las cuales la inspira el Mapa de Feminicidios de María Salguero y decide dejar de ser un a agente pasivo y actuar frente al problema desde su propia trinchera: los posibles vínculos entre arte y tecnología.

El desarrollo del proyecto fue posible gracias a una residencia virtual en http://femtekbilbao.net/, los prototipos y aprendizaje de las herramientas de programación, interfaz y técnicas textiles sucedieron en una residencia en el Festival Inmersiva del Centro de Cultura Digital y fueron acompañadas y apoyadas por Leonardo Aranda quien, como Dora, forma parte de MediaLabMX. El prototipo fue mejorado gracias al programa de residencias en el extranjero del FONCA en La Jaquer Escool de Platohedro en Medellín y presentado por primera vez en un espacio expositivo en el Centro de Cultura Digital.

Objetivos:

Lo que empezó como una urgencia individual se mostró como un problema colectivo pues al sentir la abstracción de la representación del problema desde la frialdad de las cifras, Dora Bartilotti se preguntó cómo podría cambiar la aproximación de lo cuantitativo a lo cualitativo, de ello devino un cuestionamiento sobre las tipologías de las violencias de género (qué y cuáles son), las consecuencias de la denuncia, las herramientas pedagógicas como una forma de colectivizar la información y llevar la denuncia al espacio público de manera segura.

Alcances:

A través de los procesos y acciones contundentes de protesta y denuncia y el interés de abordarlas desde diferentes campos entrelazados: oficio textil, pedagogía, tecnologías, activismo y feminismo Voz Pública ha logrado tejer un entramado entre las diferentes rebeldes así como entre los espectadores y escuchas de la pieza en algunas ciudades de Latinoamérica. La replicabilidad del proyecto posibilita el alcance a muchos y diversos públicos y sus versiones se actualizan, atraviesan y se dejan atravesar por conceptos como la memoria, el lenguaje, la voz y el espacio.

¿Cómo lo realizan? 3 acciones que combinan arte textil y tecnologías digitales

Plataforma en línea (www.vozpublica.cc). Es usada como herramienta de documentación y participación. La plataforma invita a mujeres, personas no binarias y cuerpos feminizados a contar relatos de violencia de género de manera textual y anónima.

Los relatos se almacenan en el sitio web y pretenden contrarrestar la abstracción de las estadísticas y las cifras para observar también experiencias y relatos sobre las violencias de género.

Textil electrónico: El textil es el lienzo para la visibilización de la protesta.

El diseño textil de la prenda toma sus referentes de la tradición textil latinoamericana para enmarcar el contexto desde el cual se habla y, a su vez, se distancia de la plasticidad muy común en los wearables o textiles tecnológicos que remiten a ideas de progreso. Por ello, los referentes textiles son comunidades asociadas a la liberación y la lucha por la autonomía como las mujeres zapatistas y una investigación basada en la colección de libros Geometrías de la imaginación hecha por CONACULTA.

La parte electrónica del textil se compone de un circuito de bajo costo que tiene una computadora llamada Raspberry Pi y un amplificador casero. La computadora almacena los contenidos (el compendio de relatos vertidos en la plataforma en línea) y convierte los relatos textuales a relatos sonoros a través de un proceso de síntesis de voz (como el traductor de Google) que son amplificados y compartidos a través de bocinas cosidas con hilo conductivo. El textil se convierte así en un portavoz de todas esas voces invisibilizadas, amplifica la protesta y reclama su derecho de denuncia y de ciudad.

La Rebelión Textil: laboratorios urbanos. Los laboratorios son talleres donde, además de enseñar a replicar la prenda, generan un espacio de convivencia e intercambio de saberes en torno a la tecnología y el textil.

La Rebelión Textil se compone de una serie de dinámicas que pretenden problematizar el tema y socializar la magnitud que conlleva la violencia de género que se está tratando.

Por un lado, se explora la narrativa personal desde las preguntas: ¿qué implica el cuerpo como territorio? ¿qué violencias lo atraviesan?, después las dinámicas giran en torno a explorar el cuerpo en el territorio: ¿qué implica su movilidad en el espacio público en términos de violencia de género y cómo se ve interrumpida su movilidad?

Estos procesos se acompañan del aumento de complejidad en lo material y técnico, parten de la tela y el hilo al bordado, del hilo de algodón al hilo conductivo, de un bordado colorido a un bordado sonoro. Las dinámicas pedagógicas se convierten en procesos de conocimiento técnico aunque también en catalizadores de reflexión personal y colectiva.

Los laboratorios culminan con activaciones colectivas en el espacio público en las que se activa sonoramente el compendio contenido en la plataforma a través de las prendas. Los textiles electrónicos son indumentarias que al ofrecer anonimato también potencian la seguridad y el empoderamiento de las participantes para tomar el espacio. Las prendas nacen a partir de símbolos de diferentes luchas: el pasamontañas, el pañuelo verde o bordar dentro de la falda para realizar la acción pública de levantar la falda por ejemplo.

Los laboratorios se han impartido en el espacio Platohedro en Medellín, Colombia; en el marco del Festival Inmersiva del Centro de Cultura Digital y en el Laboratorio de Ciudadanía Digital del Centro Cultural España en la Ciudad de México; en La Colmena en la ciudad de Tlaxcala; en CaSA, San Agustín Etla, Oaxaca y en Xalapa, Veracruz en México.

Consideraciones clave:

– El internet como territorio de acción política. Este proyecto asume que en el espacio virtual el cuerpo no desaparece y se posiciona frente a las estructuras de poder abriendo espacios de participación para cuerpos y relatos que han sido invisibilizados.

– Cada persona es narradora de su propia vida. La plataforma de participación virtual es un compendio en donde puede observarse cómo se articulan las historias desde las voces de quienes las viven.

– La participación es lo que alimenta y da sentido al proyecto. Más allá de los resultados, el proceso y lo que en él se genera es lo importante.

– Apropiación del espacio público. Ejercer el derecho a la ciudad, más allá de los derechos constitucionales o la teoría, es una práctica de reapropiación de los espacios para generar otro tipo de dinámicas. Siempre practicarlo desde el autocuidado, saber que este tipo de acciones implican energía y disposición anímica.

– El quehacer textil como emancipación. Aprender técnicas textiles como resistencia ante problemáticas reales. No es lo mismo salir a comprar un calcetín que remendar un calcetín.

– Uso artesanal de la tecnología. La decisión de uso de herramientas, materiales y procesos tiene que ver con decisiones políticas y posibilidades de replicar el proyecto a un costo accesible. Por ello también puede adaptarse a los diferentes contextos y entornos en los que se dan los laboratorios.

Aprendizajes

– Reconocer que ningún uso de la tecnología es desde un lugar neutral. Asumir que la manera de habitarlas está atravesado por nuestras posturas políticas.

– Ampliación del concepto de tecnología. Reconocimiento del textil como tecnología válida, ampliar el concepto más allá de las ideas de innovación y progreso.

– Lo importante son las relaciones afectivas que se generan en el proceso, el circuito y el textil son el pretexto que convoca y gesta comunidades

– Entender el arte fuera del mercado, el arte puede ser un proceso social. Llevar el arte más hacia la vida y saber que puede incidir en ella. El activismo puede ser un proceso creativo.

– El anonimato como protección y símbolo. Algunas participantes afirman que sin el anonimato que ofrece la indumentaria no se atreverían a salir a la calle, pero también saben que les da fuerza a su discurso. “Cuando uso mi pasamontañas dejo de ser yo y al mismo tiempo represento a todas”. Igualmente los relatos narrados en la plataforma en línea, están protegidos y amparados por el anonimato.