Sucedió en México. A pocos días de que el Fiscal General declarara su intención de desaparecer la tipificación del delito de feminicidio para volverlo un agravante del delito de homicidio y cuando las comunidades feministas y organizaciones empezaban a reaccionar para condenar ese retroceso en el reconocimiento de la violencia de género, ocurrió y se empezó a reportar un caso de feminicidio que destacó entre otros, además de por la violencia extrema contra la víctima, por la filtración indebida de fotografías extremadamente explícitas y su publicación en diversos periódicos, medios digitales y redes sociales, al punto de hacerse Trending Topic en Twitter y superar los 120 mil tuits.
A partir de esta coyuntura tan tensa, el crimen y la problemática cobertura que tuvo, empezaron a surgir varios tipos de reacciones que creemos son muy valiosas en el marco de la comunicación estratégica para el cambio social. Por eso queremos compartir algunas respuestas destacadas.
Nota importante: algunas de las reacciones incluyen críticas y descripciones explícitas de la cobertura revictimizante, incluyendo descripciones sobre la exposición gráfica del cuerpo y otros datos sobre el crimen»
La crítica sobre ética periodística en casos de feminicidio y violencia extrema
Como era de esperarse, la publicación de las imágenes explícitas del cuerpo de la víctima con signos de extrema violencia, además de la indignación por el crimen, detonó una conversación sobre las serias implicaciones de la utilización de las imágenes.
Una de las primeras reacciones que vimos fue esta, de El Editor de la Semana, para aclarar que no todo vale en la cobertura y que la libertad de expresión es un derecho que sí tiene algunos límites en México:
También, un poco más tarde, hubo reacciones enfocadas en hacer una descipción de la cobertura en algunos medios y en cómo ésta, además de exhibir de manera indigna a la víctima, fue incapaz de enmarcar el suceso como un evento en el que existió violencia de género, además de omitir el contexto de reciente polémica sobre la sugerencia del Fiscal General de eliminar la tipificación específica de este tipo de crímenes:
Respuestas a la cobertura revictimizante: contranarrativa gráfica y textual
Además de los señalamientos sobre la indebida exposición del cuerpo de la víctima y la negativa a sumarse a su difusión, algunas respuestas optaron por otra salida: compartir imágenes de la víctima en vida, como un tributo a su memoria a la vez que una protesta ante el trato indigno que tuvo en algunos medios.
Gráfica humanizante contra la exhibición del cuerpo de la víctima
El medio digital Tercera Vía publicó un par de ilustraciones donde, además de problematizar la cobertura inadecuada, contribuía con información enfocada a confrontar las narrativas machistas que medios como personas usuarias de redes sociales habían expresado como reacción antre este crimen:
Ofuscación intencional de las imágenes violentas
Esta es especialmente inspiradora. Es una propuesta sensible, inteligente y estratégica que parte de entender cómo funciona el algoritmo de Twitter: ocultar (las imágenes violentas) mostrando (imágenes bonitas que estuvieran vinculadas al nombre de la víctima: Ingrid Escamilla).
Esta propuesta tuvo una ENORME respuesta orgánica por parte de lxs usuarixs de Twitter
Varias organizaciones se dieron a la tarea de publicar contenido gráfico para desplazar la narrativa visual en torno a la exposición gráfica del cuerpo de la víctima, Ingrid Escamilla:
Gráfica en clave crítica
Como en otras ocasiones, Pictoline contribuyó a la conversación con una infografía basada en las palabras de Rita Segato sobre la espectacularización del feminicidio:
El proyecto Ignacio en deconstrucción compartió esta imagen, donde se destaca que el problema de la violencia de género que culmina en el feminicidio así como su cobertura no son tema reciente. Para ello, compartió una imagen del cuadro de Frida Kahlo donde ya se aprecia una crítica a un suceso similar, ocurrido hace 85 años:
En algunos casos, las respuestas gráficas estaban dirigidas a señalar la cadena de revictimización y complicidad comprendida entre el feminicidio y la cobertura:
Algunas respuestas textuales también lograron un alcance considerable, pese a ser texto plano. Podemos suponer que una de las razones para ello son su brevedad, pertinencia y contundencia ante un ambiente general de indignación:
En coyunturas así de intensas, también suele ocurrir que las fronteras entre las distintas redes sociales se hacen más «permeables» y vemos capturas de contenido originalmente compartido en otras plataformas adaptado para ser compartido:
Los datos, para ayudar a entender la violencia de género y el feminicidio
Si bien, la mayoría de las reacciones en torno al feminicidio de Ingrid Escamilla fueron respuestas que priorizaban una narrativa cargada de emociones, también hubo aportes que, sin dejar de ser sensibles a la indignación, contribuyeron a enriquecer la conversación con datos sobre el tema de los feminicidios en México.
Unos pocos días antes, María Salguero había compartido un hilo con la actualización del mapa nacional de feminicidios hasta 2019.
En ese hilo, compartió información sobre cuáles estados son los que tienen más casos:
Y también, los estados que tienen la tasa de feminicidios más alta:
Esta coyuntura emergente nos permite apreciar el enorme valor comunicativo que tiene el reaccionar a tiempo con contenido pertinente para la conversación que está dándose en tiempo real: narrativa, respuestas gráficas, mensajes y datos.
Hola! Creo que este artículo es un argumento fascinante, a partir de haber señalado lo que ocurre con los medios de comunicación el “protagonista en potencia” y sus usos responsables o no, transforman la ideología según la trascendencia que coloque el discurso en ello. Por lo tanto ha sido “revelador” el uso de recurso, así como sus aplicaciones. A partir de ahora tengo una idea en convicción sobre los alcances de una cultura que permanece en frivolidad y un egocentrismo intolerable caótico, fea por compartir